Vuelta a la rutina: el estrés postvacacional también afecta a tus mascotas

Durante el verano, muchas personas toman vacaciones y aprovechan esos días para viajar con sus mascotas. Las vacaciones son, por tanto, un periodo muy feliz para los animales porque pasan mucho más tiempo con su mejor amigo, hacen excursiones y exploran nuevos territorios. Pero las vacaciones también se acaban para ellos y, cuando sus tutores vuelven al trabajo, pasan a quedarse largas horas solos en su hogar.

Es normal que perros y gatos tarden unos días en aceptar la nueva rutina, no hay que alarmarse. Poco a poco se irán adaptando. Ahora bien, si después de un par de semanas aparecen síntomas de depresión, es importante acudir al veterinario para que descarte cualquier afección médica que pudiera estar causando los cambios en la conducta de los animales. Actualmente podemos conseguir en el mercado productos especialmente diseñados para ayudar al animal a superar esta etapa, la mayoría de ellos 100% naturales. Pero es importante recordar que nunca se debe dar ningún medicamento o suplemento sin consultarlo antes con el veterinario, que algo sea natural no significa que sea inofensivo.

Las mascotas también necesitan un periodo de adaptación porque son animales de costumbres, sobre todo los perros y los gatos. Cualquier cosa que altere su rutina les puede crear inestabilidad e inseguridad, provocando ese estrés que se nota en:

  • Caída del pelo de manera incontrolada. Aunque con el cambio de estación los perros también mudan el pelo, lo cierto es que muchos de ellos también sufren la caída por el estrés.
  • Pide más atención. Durante el verano probablemente haya recibido más atenciones y ahora puede estar más cariñoso de lo normal.
  • Aparece incontinencia. Si tu perro está haciendo sus necesidades en casa es posible que se deba a ese cambio en la rutina de horarios. Dale un premio cuando haga sus necesidades donde corresponde e intenta restablecer los horarios que tenía antes del verano.
  • Pide más actividad física de lo normal. Si ha estado en una casa en la playa, campo o incluso una residencia canina, habrá tenido mucho espacio y ahora querrá seguir con ese ritmo. Intenta darle más actividad física.
  • Muestra signos de depresión. En el caso de encontrar angustia o tristeza, debes intentar acompañarlo un poco más. Quizá antes no pasaba unas nueve horas solo en casa y ahora sí. Se debe intentar evitar, en la medida de lo posible, un cambio tan brusco.

¿Cómo combatir estos signos?

Cuando se trata de ayudar a nuestras mascotas, lo principal es tener mucho amor, mucha paciencia y estar dispuesto a hacer los ajustes que sean necesarios para poder dedicarles el tiempo y la energía que necesitan en ese momento. En el caso del síndrome postvacacional, la mejor opción es, por supuesto, prevenirlo. Para lograrlo, la clave está en respetar las rutinas durante las vacaciones. Suena complicado y poco realista, pero no lo es. Sólo hace falta un poco de organización. Si mantenemos los horarios de las comidas y de los paseos ya tenemos medio camino ganado. Nuestras mascotas nos lo agradecerán durante las vacaciones y, sobre todo, después.

Otra recomendación básica para facilitar el período de adaptación es hacer la vuelta de forma gradual. Los primeros días después de las vacaciones intenta dedicar más tiempo del habitual a los paseos y procura, en la medida de lo posible, que el tiempo que pasáis separados aumente de forma progresiva en el transcurso de, al menos una semana; no de un día para otro.

El juego también es una buena herramienta y proporciona estímulos que ayudan a combatir el síndrome postvacacional mientras ejercitamos su inteligencia. No hay que olvidar que el ejercicio mental es tan importante como el ejercicio físico para mantener la salud general del perro y/o mascota. Los expertos recomiendan incorporar juegos de olfato, y de estimulación en términos generales, a la rutina diaria para reforzar el vínculo entre el animal y su humano, mientras lo ayudamos a mantener la mente ocupada.

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