Sector veterinario ¿qué cambios se están produciendo?

Nos encontramos en un momento de cambio en el sector de las clínicas veterinarias de pequeños animales de España. La estructura del sector tal y como lo conocemos ahora cambiará en breve, y debemos prepararnos para que no nos “pille” desprevenidos.

Actualmente el modelo de negocio que predomina en España es la clínica de pequeño tamaño, con uno o dos veterinarios con una cartera aproximada de 1300 clientes y una facturación alrededor de los 240.000€. Un 12% de los centros son medianos y facturan cerca de los 500.000€ y pocos centros facturan por encima de los 800.000€.

Es decir, tenemos un mercado muy atomizado con alto nivel de autoempleo y con rentabilidad ajustada debido a la competencia en precio que hacen muchas de las clínicas que comparten zona geográfica.

En los últimos meses fondos de inversión han entrado en el mercado veterinario: Collins, sociedad de capital riesgo, ha adquirido un porcentaje minoritario de reconocidos hospitales españoles como Ars Veterinaria en Barcelona, Indauchu en Bilbao, Terán en Asturias y VETSIA en Madrid. Su proyecto es adquirir participación en algunos más también en Portugal.

Otros fondos también han apostado por nuestro sector: TA associated, a través de Kiwoko, que han decidido cambiar su modelo de negocio incorporando en muchas de sus tiendas clínicas veterinarias equipadas y con un tamaño medio; posee ya 65 clínicas y 90 tiendas. Kiwoko abre dos tiendas al mes con el objetivo de llegar a 250 en cinco años. Tienda animal pasó del mundo online al offline actualmente con el fondo Miura Private equity. De igual forma incorpora clínicas veterinarias a sus actuales 40 supermercados, su proyecto es poseer 200 centros en 2023.

Las corporaciones veterinarias europeas también han mostrado interés por nuestro mercado. Así, Anicura corporación nórdica, que posee 200 clínicas veterinarias y trata a más de dos millones de pacientes en el Norte de Europa, también está analizando algunos centros españoles para expandir su marca.

Vetland es una corporación española que posee 12 centros y una plataforma de seguros, ASPAD.

¿Son perjudiciales o beneficiosos estos movimientos para la estructura actual de nuestro mercado?

Grandes hospitales

No parece que su ampliación de capital vaya a afectar a la mayoría de las clínicas porque su posicionamiento de negocio, remisión y especialidades principalmente, no compiten con los servicios que ofrecen mayoritariamente el resto de clínicas que los rodean y, si amplían sus plantillas, pueden ser una oportunidad de trabajo. Otras voces opinan que los fondos de capital riesgo vienen a exprimir los centros veterinarios para abandonarlos a su suerte cuando dejen de ser rentables.

Grandes cadenas

Por otro lado, tenemos las grandes superficies de tiendas que ahora incorporan clínicas. Desde el punto de vista cuantitativo da la impresión de que más centros “no caben” en el saturado mercado de aproximadamente 6000 centros veterinarios en España. Pero si su comunicación con el cliente, imagen, precios bajos, publicidad, etc. resultan ser más atractivos que los de las clínicas cercanas, pueden acabar con las clínicas que se sitúen en su radio de acción. También son una oportunidad de trabajo para la masiva salida de veterinarios que egresan cada año del excesivo número de facultades de veterinaria. Su gancho de precios bajos en nutrición, por su capacidad de comprar en volumen; el servicio veterinario, con planes de salud también con precios por debajo de la media y la posibilidad de reposición del perro cuando fallece por uno de adopción, cierra el círculo del cliente en su negocio.

Algunos compañeros achacan a estos negocios su excesivo interés comercial por la mascota por encima del interés sanitario y profesional.

Franquicias

La adquisición de clínicas ya existentes por franquicias europeas que incorporan protocolos, prácticas empresariales y elevados estándares de calidad, también puede afectar a los centros vecinos; pero son también una oportunidad para aquellos que puedan incorporar sus centros a estas empresas e, incluso, hacer carrera en ellas.

Se añade a esta situación el evidente disgusto existente entre los asalariados de las clínicas veterinarias. La inexistencia de un convenio colectivo, las condiciones laborales de salario, horarios y formación deficientes; hace que se planteen la creación de un sindicato propio con el que desarrollar un convenio colectivo que ponga fin a esta situación de precariedad laboral. Un fin que también persiguen las asociaciones de empresarios veterinarios agrupadas en CEVE, que quieren regularizar el sector de forma que todos los centros puedan competir en igualdad de condiciones laborales retribuyendo a sus empleados con salarios dignos. Esto amortiguaría la decisión de muchos asalariados de abrir un centro propio con el fin de mejorar sus ingresos. El incremento de los costes laborales repercutirá en los gastos de la explotación, teniendo que reevaluar sus políticas de precios low cost que tanto están perjudicando a algunos centros.

Seguros

Los seguros también se apuntan. Habría que diferenciar entre los que solo nos aportan volumen de clientes a cambio de cobrarles un precio bajo y los llamados de reembolso, que reintegran el importe del servicio veterinario respetando los precios del profesional y la libre elección del centro.

Ante esta reconversión del sector, ¿qué pueden hacer los centros veterinarios existentes? Como en otros sectores, la falta de actualización de muchos negocios en cuanto a la implantación de prácticas de gestión empresarial, marketing, formación e imagen y que actualmente son escasamente rentables por la guerra de precios, producirá su cierre. Otros verán comprometido su crecimiento, pero lo que si pueden hacer unos y otros es hacer un frente común.

Ante esta situación, AMVAC y el Colegio de Veterinarios de Madrid han creado una comisión mixta que tiene como objetivo analizar los distintos modelos estructurales que podrían ponerse en marcha para favorecer entornos profesionales más competitivos, poniendo en común políticas conjuntas de compras, gestión y publicidad, marketing o imagen por poner algunos ejemplos.

El objetivo, por tanto, de las organizaciones que defendemos los intereses de los veterinarios no es quedarse solo en informar a socios y colegiados sobre el nuevo entorno competitivo, sino también ofrecer posibles soluciones y herramientas, de forma que cada centro tenga elementos de juicio para decidir voluntariamente qué camino tomar. El reto en un sector como el nuestro, tan poco corporativo, es si seremos capaces de ceder una parte de nuestras fortalezas y respetar los criterios de funcionamiento de una estructura, por un bien común.

 

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