Uno de los motivos de visita más frecuentes en las consultas de urgencias de clínicas veterinarias de mascotas son las intoxicaciones. La mayoría de los casos son consecuencia de un accidente al ingerir la mascota el tóxico. Esta intoxicación puede ser provocada por un alimento en mal estado, contaminado o alimentos que, debido a su composición, pueden provocar una reacción tóxica en el animal.
Gran parte de estas intoxicaciones tienen lugar como consecuencia del desconocimiento por parte de los propietarios. Dar alimentos que pueden ser perjudiciales para el animal, es una de las causas más habituales. Existen una serie de alimentos de consumo humano que son tóxicos para los animales. Darles alguno de ellos, puede producir desde molestias digestivas leves hasta alteraciones graves en el cuerpo del animal e incluso la muerte.
Los efectos producidos también varían en función de la cantidad suministrada y del tamaño del animal. Aunque gran parte de estos alimentos no son peligrosos en pequeñas dosis, existen algunos como el chocolate, que pueden causarles graves problemas (aunque sea una simple onza). En este post vamos a contarte cómo puede afectar a una mascota sufrir una intoxicación alimentaria y cómo debemos actuar frente a ella.
La intoxicación por alimentos
Como hemos comentado, existen ciertos alimentos muy comunes en la alimentación de las personas que pueden causar problemas en los animales. Uno de los más comunes es el chocolate. La ingesta de este alimento puede causar en nuestros pequeños mamíferos domésticos en general (tales como perros, hámsteres, gatos, conejos, cobayas o hurones) desde vómitos o diarrea hasta taquicardias e incluso convulsiones.
Otro alimento no recomendado son las uvas o las pasas, que pueden provocar problemas renales. La cebolla también puede suponer un riesgo para los animales, puesto que puede producir daños en los glóbulos rojos (siempre dependiendo de la cantidad ingerida). El aguacate tampoco es recomendado para mascotas, sobre todo para gatos, aves (como los loros africanos y australianos) y roedores. Esta fruta contiene persina, un elemento tóxico que puede provocar dificultad respiratoria o congestión. Junto a la ingesta de ciertos alimentos, las mascotas (al igual que las personas) pueden intoxicarse con bacterias y mohos que puede haber en alimentos en mal estado.
Síntomas más comunes de intoxicación por alimentos
Es de vital importancia detectar a tiempo una posible intoxicación alimentaria para tomar las medidas oportunas. Por ello, conocer las señales nos ayudará a reaccionar a tiempo y acudir al especialista veterinario a la mayor brevedad. Los síntomas más comunes que puede provocar una intoxicación alimentaria en nuestras mascotas son:
- Diarrea: Es el síntoma más común de una intoxicación alimentaria. Aunque no siempre es señal de esta afección, indica que hay algún problema en el aparato digestivo del animal, posiblemente producido por un alimento o agente infeccioso.
- Vómitos: Otro de los síntomas más comunes. Si observamos vómitos o diarreas recurrentes, lo más recomendable es acudir a la mayor brevedad a un especialista veterinario para que realice el diagnóstico oportuno.
- Descoordinación al caminar y letargia: Si observamos que nuestra mascota anda desorientada, adormecida e incluso con sensación de mareos podría estar sufriendo una intoxicación por alimentos.
- Fiebres y temblores: Un temblor incontrolado del animal o la fiebre, son otro de los indicativos de que algo no va bien en nuestra mascota. Acudir a un veterinario permitirá evitar males mayores.
- Babeo abundante: Es uno de los detalles a los que los veterinarios prestan atención ante una posible intoxicación alimentaria. Es un indicio de un posible problema de salud, entre los que se encuentra esta afección.
Formas de prevenir una intoxicación alimentaria
Existen varias situaciones por las cuales nuestra mascota puede sufrir una intoxicación alimentaria. Entre las más comunes se encuentran la ingesta accidental de un alimento, bebida o producto no recomendado para ellos, pero también el rebuscar en la basura o la ingesta de algo que se pueden encontrar por la calle. En estos casos, existe otro peligro añadido: ingerir accidentalmente un ‘cuerpo extraño’ que no es capaz de digerirse. Este puede generar un daño en nuestro animal. Por ejemplo, pueden tragarse sin querer un hueso voluminoso, la chapa metálica del extremo del embutido, alguna pieza rota de alguna lata, etc. En esta situación, además de una posible intoxicación, los problemas pueden ser más graves.
Algunas de estas acciones son sencillas de prevenir. En el caso de la ingesta de alimentos no recomendados deberemos poner cuidado cuando nosotros los estamos comiendo. Evitando que posibles restos de ellos caigan en manos del animal y los ingiera. Por ejemplo, algunos de los alimentos perjudiciales (en mayor o menor medida) para los perros son:
- Chocolate
- Uvas y pasas
- Ajo y cebolla
- Nueves de macadamia
- Aguacate
- Café
- Leche
Por otra parte, los gatos (en mayor o menor medida) pueden sufrir una intoxicación alimentaria con estos alimentos y bebidas:
- Cebolla, ajos, chalotas, cebollino y puerros
- Tomate
- Uvas y pasas
- Aguacates
- Cítricos en general
- Chocolate, café y té
- Nada con sal o azúcar
- Leche (en grandes cantidades)
- Pescado y carne cruda (que pueda estar en mal estado)
- Alimentos grasos
Además, ningún animal de compañía debe ingerir bebidas alcohólicas, productos de limpieza, raticidas y combustibles. Así como estupefacientes, setas tóxicas, ni tabaco. Los medicamentos quedan prohibidos para los animales (a no ser que sean específicamente recetados por un profesional veterinario), plantas y objetos de plástico, algunas plantas tóxicas y anfibios.
¿Qué podemos hacer?
Si el animal sufre una descoordinación, independientemente de la causa, debes acudir al veterinario. Este le realizará una anamnesis para conocer si se trata de una intoxicación alimentaria.
En cuanto al cubo de basura, será suficiente con colocarlo en un lugar en el que el animal no pueda acceder fácilmente. De esta forma, se evita que hurgue en él en busca de restos de comida. Para que el animal no ingiera algún elemento durante sus paseos, es necesario un buen adiestramiento. Así, podemos controlar que no se lleve elementos extraños a la boca. Los olores fuertes de alimentos en mal estado les atraen, y no tendrán reparo en intentar comérselos, por lo que debes prestar atención. Por ello, enseñarle a adquirir hábitos higiénicos en la calle es fundamental, pero lo hacemos solos o de forma intuitiva, mientras que a comerse cosas en la calle no le damos la importancia que tiene. Que aprendan esto es una parte fundamental del adiestramiento básico de un perro.
Como hemos comprobado, son varias las formas a través de las cuales nuestra mascota puede sufrir una intoxicación alimentaria. También son diversos los síntomas que puede presentar esta afección, que depende del alimento ingerido, la cantidad y el tamaño del animal. La importancia de la acción reside en actuar al mínimo indicio, acudiendo a un profesional veterinario para que realice las pruebas pertinentes y descarte otras posibles enfermedades.