EL IPC DE LOS SERVICIOS VETERINARIOS SE MANTIENE LEJOS DE LA INFLACIÓN GENERAL

La subida generalizada de los precios que está experimentando nuestro país se ha situado en el 5,9%, según los datos de enero de 2023, aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta cifra rompe la tendencia que se venía siguiendo en los últimos cinco meses con una leve bajada, para aumentar los precios en dos décimas en el inicio del nuevo año. Salvo excepciones, como la vivienda y el ocio, el resto de sectores se ha visto afectado por un encarecimiento de sus precios.

Si nos fijamos en el epígrafe 09350, que es el que hace referencia a los “Servicios veterinarios y de otro tipo para animales domésticos”, observamos que, pese a experimentar una leve subida, se mantiene un 2,5% por debajo del aumento sufrido por los precios en su conjunto. Para ser exactos, este tipo de servicios han visto incrementados sus precios en enero de 2023 un 3,4%, que representa una subida de tan solo cuatro décimas, si lo comparamos con el mes anterior (diciembre de 2022).

Por el contrario, el epígrafe 09342, que hace referencia a los “Productos para animales domésticos”, ha sufrido un aumento de sus precios de casi un 17% en este último año. Una escalada récord que, sin embargo, ha conseguido frenar este mes de enero al subir tan solo dos décimas respecto a diciembre de 2022. Un incremento que refuerza el elevado coste que, para los propietarios de animales de compañía, está teniendo la adquisición de todos estos productos.

Una inflación desigual, ¿por qué?

El control de los precios de los servicios veterinarios no es fruto del azar. Por su propia naturaleza, en este tipo de servicios, intervienen dos factores destacados. El primero de ellos, la profesionalidad de los veterinarios y de los propietarios de clínicas veterinarias que, ante esta escalada generalizada de precios, han optado por resistir y sufrir ellos mismos el coste que supone esta subida. Se entiende con un sencillo ejemplo: la subida del precio de la luz se ha encarecido un 88% en 2022. El incremento del coste de los servicios veterinarios ha rondado el 3% el año pasado. Por lo tanto, la diferencia entre ambas indica que estos profesionales están soportando un incremento del 85% (solo en el coste de la luz) que no están repercutiendo en sus tarifas.

En segundo lugar, el cuidado de los animales enfermos (domésticos o no) lleva implícito una ética y un compromiso con el bienestar animal de protección antes que de lucro. No se puede subir sin control el precio de determinados servicios que, de no llevarse a cabo, pondrían en riesgo la salud de los animales de compañía. Por eso, cada incremento de precios se determina con sumo cuidado y siempre con el objetivo de garantizar una equidad entre coste y beneficio.

Estos principios que rigen la fijación de precios en los servicios veterinarios no tienen una correlación con el coste de los productos para animales domésticos, como hemos podido observar. Y ello, pese a que la alimentación de los animales de compañía es vital también para su salud y bienestar. Sin embargo, la decisión no está en manos de veterinarios sino de grandes corporaciones empresariales que determinan sus costes en base a otras muchas variables como, por ejemplo, el coste de las materias primas, la luz, el transporte y distribución de los productos, etc.

En pocas semanas conoceremos el dato que arroje el IPC para el mes de febrero de 2023 y comprobaremos si estas tendencias se repiten. Todo apunta a que sí. Los servicios veterinarios tratarán de controlar la inflación manteniendo el mismo porcentaje que hasta la fecha, decimal arriba o decimal abajo. Mientras, los productos para mascotas podrán experimentar aún fuertes subidas si el mercado internacional sigue padeciendo una inflación tan fuerte como hasta la fecha.

 

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