El futuro de la profesión veterinaria

Muchos estudiantes, cuando empiezan a estudiar el bachillerato, se plantean la siguiente pregunta: ¿Qué voy a hacer tras las pruebas de selectividad? En algunas ocasiones puede ser Derecho, o Periodismo, o Económicas… Las posibilidades son infinitas. Pero ¿qué pasa si tu respuesta es “quiero ser veterinario”? Sea cual sea la profesión que elijas, es importante que conozcas el futuro de esta y tus opciones laborales.

No obstante, si hablamos de la profesión de veterinaria, muchas veces se plantean distintas cuestiones sobre su futuro. Y es que España es, junto con Italia, el país europeo con mayor número de facultades de veterinaria. ¿Y eso qué significa? Lee atentamente el post en el que te contamos todo sobre la profesión.

Actualidad en los estudios de Grado de Veterinaria

Como ya hemos mencionado anteriormente, España cuenta con un total de 13 facultades de veterinaria. Esta cifra corresponde a más del doble de lo recomendado según los habitantes, los estudiantes y el número de mascotas en total que hay en el país. Por ejemplo, países como Francia y el Reino Unido cuentan con censos de animales y número de habitantes superiores y, aun así, tienen menos de la mitad de las facultades de veterinaria.

Cada año, salen de las facultades alrededor de unos 1400 estudiantes del Grado de Veterinaria directos a embarcarse, o al menos intentarlo, en el mundo laboral. Este exceso de profesionales conlleva distintos problemas contra los que hay que combatir. Por ejemplo, los veterinarios tienden a emigrar a otros países o competir en un mercado con grandes barreras de entrada por culpa de la masificación de universidades veterinarias.

Por otro lado, en España, apenas existe especialización en el sector por lo que no encontramos una diferencia entre los estudiantes: no existen postgrados de especialización veterinaria y, dentro de la carrera, la especialización es voluntaria. Es por ello por lo que todos los alumnos salen de las universidades con la misma formación, los mismos conocimientos y, por tanto, las mismas escasas oportunidades.

Exceso de estudiantes

Debido a la gran cantidad de universidades y al especial interés en trabajar primordialmente en la clínica de pequeños animales,  existe un alto número de graduados en veterinaria que se han visto desembocados en una situación crítica de desempleo. Con este post, no se pretende desalentar a los estudiantes que tengan pasión por la veterinaria, sino que se informa de la situación actual en el mundo de la salud animal.

Este exceso de estudiantes, año tras año, ha obligado a muchos a marcharse a otros países en busca de un empleo en aquello que es su pasión. Por tanto, se insiste en que se limite y se regule la situación de los estudiantes de veterinaria.

¿Qué opciones tienen los futuros veterinarios?

¿Y ahora qué? Muchos veterinarios se preguntan qué pueden hacer si, tras cinco años estudiando una carrera y después del tiempo y dinero que han invertido, ahora no tienen ninguna oportunidad laboral. La realidad es que muchos veterinarios recién graduados recurren a empleos fuera de su país, por lo que tienen que cambiar de vida repentinamente sin haberlo buscado. Las personas que deciden quedarse se encuentran ante un mercado tan copado que tienen una gran competencia contra la que enfrentarse.

La mayoría de los veterinarios se dan de alta como autónomos y abren su propia clínica, compitiendo contra muchas otras. Probablemente, en la misma calle habrá otra que ya lleva abierta más tiempo y ya disponga de una cartera de clientes. Además, aquellas personas que ya tienen un animal de compañía suelen ser fieles a su clínica veterinaria y, de no ser por un motivo de peso o por comodidad (localización, precio, etc.), no suelen cambiar de centro.

Entonces, ¿qué es lo que tiende a hacer algunos veterinarios para conseguir clientes y poder facturar? Pues la respuesta suele ser bajar escandalosamente los precios. Sin embargo, aunque parezca una opción buena para poder empezar, no suele traer buenas consecuencias. Si se lleva a cabo esta acción, finalmente se acaba devaluando la profesión y la atención médica de animales acaba convirtiéndose en un negocio poco rentable en el que se trabaja mucho a cambio de prácticamente nada.

Por tanto, nos cuestionamos si realmente se necesitan tantas facultades de veterinaria en España y tantos veterinarios desempleados o intentando sobrevivir sin poder hacer frente a sus competidores. Por este mismo motivo, el alto número de estudiantes es el principal agravante de la mala situación en el sector de la salud animal.

Si no se limita el número de facultades, ni se baja el IVA veterinario, ni se controla y regula la alta competencia del sector, la profesión acabará perdiendo valor hasta que no quede más remedio que emigrar, cambiar de carrera tras una alta inversión económica en costear los estudios o perder dinero con unos precios escandalosamente bajos. Una de las soluciones más rápidas que pueden dar paso a una mejora en el sector es la especialización. Si se promocionan programas educativos centrados en la especialización ya no habría tantos estudiantes enfocados a abrir clínicas veterinarias por doquier, sino que habría veterinarios especializados en dermatología, en cardiología, en urgencias, etc. Y, además, las mascotas recibirían un mejor trato y más especializado, el sector se ampliaría y se podrían copar un gran número de puestos distintos que requieren conocimientos diferentes.

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