La rabia es una enfermedad infecciosa zoonótica que afecta tanto a animales como a seres humanos. Es una de las infecciones virales más conocidas dado que puede ser transmitida a todos los mamíferos. Aproximadamente, un 99% de los casos de la rabia en las personas se debe a la mordedura de perros infectados. Casi la mitad de la población mundial vive en una zona endémica.
Si esta dolencia no se diagnostica a tiempo, puede llegar a ser mortal. La enfermedad de la rabia se transmite a través de la saliva de un animal enfermo: el virus penetra en el organismo por la herida de la mordedura, una lesión en la piel y las mucosas de ojos, nariz y boca. Por estos motivos, deben tomarse una serie de medidas con el objetivo de evitar la presentación de casos de rabia humana, así como controlarla y erradicarla en los animales transmisores.
Coincidiendo con el Día Mundial de la Rabia, en este post vamos a hablarte sobre esta enfermedad. Vamos a contarte algunos aspectos básicos sobre ella. ¡Empezamos!
Formas de contagio más comunes
Como hemos comentado, el principal origen de los casos en las personas es por mordedura de perro infectado. No obstante, el gato y el hurón también pueden ser vehículo de contagio. Los más vulnerables, son aquellos que no han sido correctamente vacunados y los que están en contacto con animales silvestres como zorros o murciélagos. Como siempre decimos, la prevención es la mejor arma para evitarlos.
La forma de contagio más común es a través de la mordida de un animal infectado, aunque menos frecuente, también se puede transmitir por el contacto de la saliva del animal infectado con una herida abierta de otro animal, y las mucosas.
En el caso de los perros, el periodo de incubación de la rabia es de dos a ocho semanas, aunque puede reducirse a una o ampliarse hasta a un año entero. El virus penetra en el cerebro a través de los nervios, la lejanía del punto de entrada es importante en el periodo de incubación. Tras llegar al cerebro, el virus regresa a la boca del animal, multiplicándose en las glándulas salivales hasta diez días antes de que se presenten los primeros síntomas. En la actualidad, la rabia se intenta controlar en todos los países del mundo, poniendo el principal foco de prevención en perros y gatos a través de campañas de vacunación.
Síntomas de la rabia
Tal y como hemos mencionado, la rabia tiene un periodo de incubación largo, que puede llegar hasta las ocho semanas o incluso extenderse más tiempo. Esta característica, dificulta en ocasiones que pueda ser detectada de forma temprana. Los síntomas presentan varias fases:
- Fase de incubación: De una semana a varios meses. La enfermedad no presenta síntomas todavía, pero ya puede ser contagioso.
- Fase prodrómica: De dos a ocho días. Primeros cambios en el comportamiento del animal. Dura de 2 a 10 días.
- Fase agresiva: La fase más peligrosa, el animal se vuelve irritable y agresivo. Tendencia a morder cualquier cosa que se cruce en su camino.
- Fase de parálisis: Se produce parálisis muscular, por lo que hay dificultad para tragar, salivación excesiva, pérdida del control sobre su cuerpo, que finalmente deriva en la muerte del animal.
Los principales síntomas de esta afección afectan principalmente al cerebro y al sistema nervioso central. De esta forma, los síntomas más comunes que suelen aparecer (no siempre se manifiestan todos) como consecuencia de la rabia son: fiebre, irritabilidad, conductas agresivas, excesiva salivación, dificultad al tragar, vómitos (en algunos casos), parálisis parcial del rostro, hidrofobia, fotofobia, convulsiones y parálisis general.
Cómo actuar ante sospechas de contagio
Diferentes signos clínicos pueden hacer ver la existencia de la enfermedad. Si sospechas que tu mascota ha estado en contacto con un mamífero silvestre o que puede haber sido mordida por un animal callejero; tienes que estar atento a si presenta alguno de los síntomas anteriormente descritos para acudir a un centro veterinario.
También, examina al animal en busca de posibles mordeduras, heridas o arañazos en su cuerpo. Durante la primera fase de la enfermedad, puede manifestar distintos síntomas no específicos, pudiendo ser comunes a otras afecciones. Ante la mínima aparición de alguna de estas señales deberás acudir a un centro veterinario para que el profesional diagnostique si el animal ha contraído la enfermedad o no, ya que existen enfermedades neurológicas cuyo cuadro clínico es parecido al de la rabia.
En este sentido, a la hora de acudir al veterinario debes tener claro que, aunque el profesional puede diagnosticar la enfermedad en función de los síntomas, siguiendo siempre los protocolos legales existentes.
Por último, otro aspecto importante, ten en cuenta que en el caso de que no hayas observado síntomas en la primera fase, y la enfermedad ha seguido su curso, pueden darse otros síntomas como parálisis, salivación excesiva o conducta agresiva. En esta situación, también debes acudir a tu clínica veterinaria para que puedan realizar una exploración.
Prevención de la rabia
Para minimizar el riesgo de contagio y controlar la propagación de esta enfermedad, la medida de prevención más efectiva es la vacunación. Normalmente, en España, la edad mínima de vacunación es a los tres meses de edad de la mascota, luego al año, en función de la ley vigente. No obstante, depende de la Comunidad Autónoma en la que nos encontremos:
- Dentro deMadrid, es obligatoria anualmente en perros, y recomendable en gatos y hurones.
- En Cataluña, Galicia y País Vasco, no es obligatorio vacunar a los perros contra la rabia.
- Las comunidades de Murcia, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana y Andalucía obligan vacunar a perros, gatos y hurones.
- Otras, como Castilla y León, Aragón, Extremadura, Islas Baleares, Canarias, Cantabria, Navarra y La Rioja, es obligatorio solo para perros.
- Asturias la normativa obliga a vacunar a las «especies potencialmente peligrosas», pero no precisa cuáles.
- En Ceuta y Melilla la situación es mucho más delicada por la cercanía con Marruecos.
Cualquier mordisco producido por un animal salvaje, debe ser considerado portador potencial de la rabia. Por ejemplo, en las heridas de la persona mordida, es de vital importancia limpiar a fondo los rasguños con agua y jabón. Esta acción, disminuye notablemente el riesgo de contraer la enfermedad. En cuanto a los animales, debemos llevarlos rápidamente al centro veterinario. Debes saber que el virus puede sobrevivir en la piel del animal hasta dos horas, por lo que deberás ponerte guantes y evitar el contacto directo. Pero, sobre todo, acude a la mayor brevedad posible a un especialista veterinario para que tome las medidas que considere oportunas.