Un hámster es una mascota con unos cuidados muy simples y que no requiere una atención completa. Con una buena jaula que siempre esté limpia, la comida adecuada, juguetes y dejarlos salir cada cierto tiempo, un hámster va a vivir muy bien.
Además, siempre que se sigan las pautas concretas de salud y alimentación, puede que no enferme nunca. Sin embargo, estos pequeños roedores son muy sensibles al estrés y a los cambios de temperatura fuertes, así como a la mala higiene y a una alimentación monótona. Por tanto, debemos conocer cuáles son las enfermedades más comunes en los hámsteres para poder detectarlas a tiempo y evitar que desemboque en peores consecuencias.
¿Cómo sé si mi hámster está enfermo?
Esta claro que cada enfermedad se manifiesta de una forma y cada animal lo siente de muy diversas maneras. Sin embargo, con un hámster es más complicado descubrir si está enfermo o no puesto que su pequeño tamaño hace que pase desapercibidas ciertas anomalías.
En cualquier caso, hemos recopilado cuáles son los síntomas más frecuentes que puede tener esta clase de roedor ante una enfermedad. Lo importante es saber detectarlo a tiempo y acudir al centro veterinario para que mejore cuanto antes. Por tanto, debemos preocuparnos si nuestro hámster:
- Está agresivo, sedentario por la noche, irritado, no come, se asusta fácilmente o se pasa todo el tiempo rascándose.
- El área anal está humedecida, sus uñas son raramente largas, tiene diarreas o pierde mucho peso.
- Pierde pelo, está herido o hinchado.
- Fíjate si sus ojos están rojos, llorosos, pegados, secos o un poco cerrados
Cualquier síntoma que esté fuera del estado natural del animal, puede ser un indicio de enfermedad y, por ende, debemos llevarlo rápidamente al veterinario.
Enfermedades más comunes en un hámster
A continuación, os dejamos una lista de las enfermedades que más frecuentemente se producen en estos roedores:
Enfermedad de cola mojada
Esta es una infección que provoca una importante diarrea en el hámster que la padece. Las heces del animal son de color blanco y muy aguados, lo cual moja su cola (y por ello el nombre de esta patología). La causa más frecuente son las colibacterias, las cuales afectan a aquellos roedores que padecen estrés. Ante esta enfermedad es importante dejar de alimentarlo con productos frescos, tener una higiene impoluta y llevarlo rápidamente al veterinario.
Diarrea
Si, de repente, un hámster empieza a expulsar heces líquidas, come menos y está menos activo puede que padezca de diarrea por infección bacteriana o por la mala digestión de ciertos vegetales que pueden resultar tóxicos.
Oclusión de los carrillos
Puede que nos hayamos fijado en que el hámster intenta vaciar sus carrillos, pero no lo consigue. Como consecuencia, es probable que rechace cualquier alimento. La causa más frecuente es que el animal haya ingerido algo dulce o con textura pegajosa y se hayan taponado, por lo que hay que actuar rápidamente.
Ácaros y hongos
Si observas a tu hámster rascándose con asiduidad y lo ves inquieto, tiene la piel irritada o sufre pérdidas locales de pelo es porque, seguramente, tenga una infección por hongos o ácaros. Tiña, sarna, débil sistema inmunitario, estrés, mala alimentación o una excesiva limpieza va a hacer que el roedor no pueda producir defensa y acabe con una enfermedad de la piel.
Abscesos
El síntoma común de que el hámster padece abscesos es si tiene un bulto justo debajo de la piel (subcutáneo). Lo más normal es que el hámster tenga una herida, corte o rasguño que se ha infectado y la solución más común es que el veterinario le recete antibióticos.
Tumores
Puede que, si acudimos al veterinario por un bulto debajo de la piel, sean abscesos. Sin embargo, también puede tratarse de tumores. La causa más frecuente suele ser por envejecimiento y, en ocasiones, puede someterse a cirugía. Es importante que el veterinario lo examine y compruebe qué solución es la más adecuada para nuestro pequeño animal.
Fracturas óseas
Los hámsteres son animales muy activos, sobre todo por la noche. Por tanto, si vemos que deja de moverse y de andar es porque le ocurre algo. Lo más común es que se trate de fracturas óseas debidas a caídas desde una gran altura o saltos muy altos. Además, es importante decir que las roturas de extremidades o de la columna tienen una difícil solución por lo que debemos llevarlo al veterinario para que nos explique qué ha pasado y cómo podemos solucionarlo.
Choque térmico
Como ya hemos dicho antes, el hámster es un animal con una gran sensibilidad a los cambios de temperatura. Por esta razón, si ha estado sometido a muchas horas de sol o a temperaturas superiores a 25ºC, es probable que sufra un choque térmico. El síntoma de ello es que permanece sobre el suelo (completamente estirado) con una respiración muy acelerada. En estos casos, es importante que se traslade al roedor a un lugar más fresco y darle agua para que se recupere.
Enfermedades oculares
Solo mirando a los ojos a nuestro animal podemos saber si padece una enfermedad en los ojos. Si estos están irritados, abultados, infectados o con exceso de lágrimas, es probable que tenga una infección causada por una pequeña lesión. Al llevarlo al veterinario, lo más probable es que os recete una pomada ocular para que se cure rápidamente.
Diabetes
Cuando un hámster va haciéndose más viejo, aumenta su riesgo de enfermedades. Entre ellas, puede padecer diabetes. En este caso, observaremos que el roedor ha cogido peso, tiene los ojos nebulosos y orina con más frecuencia de la habitual. Si hemos alimentado a nuestro hámster con comida con demasiado azúcar y grasas puede padecer diabetes y, ante ello, no hay solución posible por lo que debes anticiparte y ofrecerle a tu hámster una variada y correcta alimentación.
Estas son las enfermedades más comunes en un hámster. Sin embargo, os recordamos que si cuidáis a vuestro roedor de la mejor manera posible va a tener una vida muy alegre y lejos de las enfermedades.