Después de dos meses intensos, parece que poco a poco vamos recuperando cierta normalidad. La actividad en nuestros centros se ha ido recuperando y nuestros clientes y pacientes han retomado con ganas la energía perdida durante el confinamiento. Da la sensación de que ahora sí, la labor ejercida por nuestro gremio por mantener la salud de la población se tiene en consideración, se aprecia y valora en su justa medida. Somos la salvaguarda del control de las enfermedades zoonóticas y mantendremos, ahora y siempre, las medidas de prevención que minimicen el impacto de las zoonosis en nuestra sociedad.
La educación del propietario es ahora y siempre nuestra responsabilidad, y hemos aprendido que en estos momentos la comunicación con nuestros clientes presentes y futuros es fundamental parar informar con coherencia y rigor sobre todos los aspectos relacionados con la salud de los animales de compañía.
Unificar estrategias de comunicación con la sociedad debe de ser uno de nuestros objetivos, y velar por la salud de nuestros pacientes y propietarios debe ser el otro. La importancia social del animal de compañía durante el confinamiento ha demostrado que nuestras mascotas son parte de nuestra familia. Las mascotas han contribuido decisivamente a evitar situaciones de ansiedad, depresión y soledad. Nuestro futuro dependerá directamente de cómo contribuyamos a consolidar el vínculo afectivo mascota-propietario minimizando los riesgos y fomentando la tenencia responsable.
Esta crisis sanitaria ha sido un revulsivo. Muchos de nosotros hemos tenido que modificar nuestra forma de trabajar y de relacionarnos con nuestros clientes, que han sabido adaptarse a las nuevas circunstancias, y nos hemos dado cuenta de la importancia de velar por nuestra seguridad y la de nuestras familias. Por su parte, nuestros clientes han demostrado saber adaptarse a las nuevas circunstancias, siempre con respeto y comprensión.
Tal vez sea el momento ahora de aprovechar para nuestros intereses esa comprensión y reflexionar sobre la forma de conciliar nuestro trabajo con la atención familiar para así, poco a poco, ir acostumbrando a nuestros clientes a un nuevo modelo asistencial en la que el equilibrio entre familia y trabajo no sea misión imposible.
Por último, nuestra más sentida consideración por las víctimas, y especialmente por los profesionales sanitarios que han dejado su vida durante el desarrollo de esta terrible pandemia.
Se abre ante nosotros un futuro esperanzador. Dependerá de todos aprovechar las actuales circunstancias para optimizar nuestra forma de trabajar y reforzar el mensaje de que somos los auténticos responsables de mantener la salud y el bienestar de nuestros animales y, por ende de la salud de sus propietarios.
Un saludo,
Junta Directiva de AMVAC
Editorial publicado en el número 94 de la revista Centro Veterinario.